Foto: Mattias Tybell |
Como ya hemos
comentado en anteriores posts, durante la última década
ha habido mucha cobertura mediática en todo lo relacionado con las ventajas y
desventajas de la exposición de niños y adolescentes a la tecnología.
Consideramos que
estamos ante un tema de gran importancia y es por ello que necesitamos contar
con suficientes y buenas herramientas para afrontar los aspectos asociados al
uso de la tecnología y, en particular, poder superar el desconocimiento que
trae consigo la brecha generacional para aprender a hacer de ella un buen
aliado.
Es por ello que nos gustaría reflexionar sobre este tema y hacer algunos comentarios que puedan servir para seguir generando herramientas de intervención y prevención adecuadas.
Veamos un caso práctico: Los estudiantes de
la escuela secundaria de Ridgewood en New Jersey (Estados Unidos) se vieron
involucrados en un escándalo por la publicación de unas fotos del desnudo de
una compañera en SNAPCHAT. Esta aplicación, crea la errónea sensación de que
las fotos solo aparecen unos segundos tras los cuales desaparecen y no se
pueden volver a ver ni recuperar -excepto cuando el destinatario de la foto es
capaz de hacer una captura de pantalla y luego redistribuir la foto en
múltiples redes sociales en cuestión de nanosegundos-. Esto es lo que ocurrió
en Ridgewood y la foto fue publicada en Instagram. Intervino la policía y se les
dijo a los estudiantes que borrasen la foto inmediatamente o serían acusados de
posesión de pornografía infantil, ya que la foto era de una menor de edad.
Lamentablemente, éste
no es un incidente aislado, los estudiantes se enfrentan con este tipo de
situaciones y elecciones cada día: borrar o guardar, publicar o mantener en
privado, reenviar o no, compartir o no, aceptar una petición de amistad,
seguir, bloquear, etc.
Foto: Ricard |
El concepto "Digiphrenia"
significa "la experiencia de intentar existir en más de una encarnación de
sí mismo al mismo tiempo" y está asociado con "la crisis de identidad
del siglo 21". Existe un perfil en Twitter, otro en Facebook, Instagram,
Pinterest, Linkedin, Snapchat. Todas estas múltiples instancias de uno mismo
operan simultáneamente y en paralelo, lo cual representa una gran dificultad
para integrar todo aquello que estas abarcan en un todo consistente.
Para los adolescentes, esta situación
puede ser abrumadora. La adolescencia es la etapa del desarrollo en la que los
jóvenes coquetean con diferentes rasgos de la identidad en busca de la propia.
Con los medios sociales, los adolescentes tienen la oportunidad y el desafío de
poder jugar con el yo digital, que puede ser más difícil de distinguir del ser
físico al enfrentar lo virtual con lo real, y hacer más borrosas e
indiferenciables las líneas que los separan.
Esta experiencia de "tratar de
existir en más de una encarnación de sí mismo al mismo tiempo" puede
nublar la capacidad de tomar buenas decisiones. Esto coloca a los adolescentes en
la difícil y nada envidiable situación de tener que realizar un juego que
implica actividad con múltiples mensajes que entran a una velocidad vertiginosa
y con poco tiempo para procesarlos antes de pasar el mensaje al siguiente
destinatario. El "juego" se tuerce y distorsiona de modo que el
mensaje "final" está muy lejos del significado intencional iniciado
al comienzo, igual que el juego del "teléfono escacharrado" de
generaciones anteriores. Y el resultado final a menudo puede resultar en algo
de conocimiento público, permanente y doloroso.
Foto: V. Ramos |
Oportunidades y Responsabilidades. ¿Qué
pueden hacer los padres?
- Estar presentes y disponibles para tratar estos temas con sus hijos. Dispuestos a enfrentarse y trabajar con situaciones espinosas, y estar abiertos a colaborar con la escuela en favor de los estudiantes.
- Reconocer la dificultad que supone para los adolescentes la realidad del panorama que les toca vivir y validar sus preocupaciones e inquietudes.
- Informarse y conocer las nuevas herramientas, redes sociales y medios habituales a los que acceden sus hijos como lo son Instagram y Snapchat que, por ejemplo, han superado en popularidad a Facebook entre los adolescentes.
- Familiarizarse con los temas polémicos, “virales” y de actualidad e interés para ellos, que puedan propagarse a través de las redes sociales.
- Comentar casos que aparecen en las noticias, como la historia que hemos comentado ocurrida en Ridgewood. Por ejemplo, pueden preguntarle a su hijo/a si esto podría suceder en su escuela, qué haría él/ella en esa situación, cómo lo manejaría de ocurrir algo similar.
- Evitar el exceso de vigilancia, que podría cerrar las líneas de comunicación con su hijo adolescente.
- Encontrar el delicado equilibrio entre estar presente y disponible, y la microgestión e invasión de la privacidad.
Foto: T. Muriel |
Aparte de estas estrategias, estamos
seguras de que cada familia cuenta con estrategias específicas para afrontar este
tema. Nos encantaría conocerlas para ampliar la lista y poder orientar a quien
lo necesite.
¿Cuáles son las estrategias que utilizas
para ayudar a los adolescentes a gestionar mejor y sacar provecho de los retos
digitales y que consideras que te están funcionando?
Fuente:
www.edutopia.org/blog/digital-teens-internet-never-rests-matt-levinson
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