lunes, 7 de agosto de 2017

Volver a la rutina después del verano

Ya os hablamos en una publicación anterior acerca del estrés vacacional y, como os imaginaréis, tal y como este puede presentarse durante las vacaciones, también puede ocurrir algo similar con el fin de las mismas y la vuelta a la rutina.

Por ello, y porque sabemos que muchas veces se necesita un ‘empujoncillo’ extra en los niveles de motivación tras la vuelta de vacaciones, nos animamos a rescatar algunas claves para hacerla más positiva y placentera:

Paso a paso. Brindarte un pequeño período de adaptación hará de la transición más llevadera. No te zambullas directamente en la rutina… días antes de la vuelta a ésta, retoma horarios, hábitos y planificación. El cambio ha de ser gradual y este ha de incluir asimismo a toda la familia.


Prepara tu cuerpo. Hábitos saludables de alimentación y sueño, te ayudarán a volver a la carga con más energía. Mantente activo durante las vacaciones y a la vuelta de las mismas. Si las vacaciones han alterado tu forma de comer y dormir, evita las “medidas de choque”, ya que hacen la vuelta a la normalidad más rígida y menos llevadera.


Prepara tu mente. Las vacaciones no han de ser un escape, sino un paréntesis. Enfócate en los aspectos positivos del regreso, apóyate en tus aficiones y motivaciones.


Piensa a corto plazo. Piensa en las actividades que te motivan del día a día y los retos que éste plantea. Si echas de menos “lujos” de las vacaciones, busca la forma de incorporarlos haciendo pequeños cambios en tu rutina. En lugar de pensar en el próximo verano piensa en el fin de semana o en el cafetito que te tomas entre horas.


Dedica momentos al disfrute u ocio en tu rutina. No tienes que planificar escapadas todas las semanas, sin embargo, tal y como son necesarias las vacaciones como un espacio de ocio y pausa, también es importante tener estos momentos en la vida diaria. Volver a la rutina no significa abandonar todas las actividades gratificantes. Planifica un tiempo de ocio personal -bien se trate de 15 minutos o 2 horas-, descansos, actividades que te mantengan ilusionado y momentos para ti.


Un nuevo punto de partida. Concéntrate en aquellos proyectos vitales que te emocionan y motivan. Establece metas concretas, medibles, realistas y a corto plazo. Cuando descomponemos los “grandes” objetivos en metas a corto plazo, estos resultan más manejables, estimulantes y nos mantienen enfocados hacia nuevos logros. Cuando nos centramos únicamente en objetivos a largo plazo, podemos correr el riesgo de desmotivarnos. Planifica actividades dirigidas a la realización personal y profesional, esto aumenta la probabilidad de mantenerte constante en la búsqueda de tu propio bienestar.


Y, por último ¡olvida la cuenta atrás! Evita la cuenta regresiva hasta las próximas vacaciones, ten presente que los comienzos pueden ser duros, pero también motivadores. Si nos enfocamos en subir rápidamente hasta la cima de la montaña, nos agotamos rápidamente y ¡nos perdemos de las vistas y el paisaje! La vida está en el camino, disfruta del recorrido.


¡Bienvenidos de vuelta! 

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